Quiero que tu lengua desenfrenada y pervertida, invente un decálogo de pasiones, que me lleve por caminos dulces, sin destino… Quiero unir mi piel con tu horizonte, sentir tus laderas que me llaman sedientas, como un fuego, como un poema escrito en mí, en esta noche tuya y mía, en que mi cuerpo mudo, se abre a la delicada urgencia de este amor, hasta morir, en partes iguales, al vaivén de nuestras olas.
Habitas mis quimeras en el sueño encantado de esta noche, en naufragio lírico de un poema…