Chopin.

07 septiembre 2019

QUIZÁS...

Quizás el olor de una rosa sea el aroma que lleva impregnada tu piel.
Quizás el menguante de la luna sea tu posición favorita para dormir.
Quizás el amargo de mi café sea el delirio de tus suspiros.
Quizás el despertar con tus manos enlazadas con la nada sea tu peor martirio.
Quizás el viento te lleve susurros de mis te quiero.
Quizás el silencio te confirme lo que por mi sientes.
Quizás sea yo quien ahora tiene miedo de defraudar a tu noble corazón.
Quizás haya más que solo guerras en el mundo y se esconda la paz en la transparencia de tu alma.
Quizás solo baste un beso para pertenecerte eternamente.
Quizás el amor vaya más allá de donde algunos han llegado.
Quizás las mentiras tengan algo de verdad y en la verdad se escondan las más dolorosas mentiras.
Quizás el mundo no sea tan grande como lo pintan ni el mar tan salado como lo afirman.
Quizás la vida sea larga o corta y la muerte sólo sea un descanso para un cuerpo abatido en las lejanías de un olvido inalcanzable y recuerdos que laten para herir una ilusión.
Quizás nuestro amor solo tenga vida en las letras que dedico a tu cuerpo, a tu ser y a tu alma.
Quizás el por siempre sólo dure un rato y un rato sea suficiente para quererte por siempre.
Quizás la promesa más grande de amor este
guardada en nuestros labios... y en nuestros cuerpos.

06 mayo 2019

Perdón por darme por vencida, pero costaba mucho respirar.
Dejó de doler mi cuerpo y empezó a doler mi alma... y eso dolía más.
Perdón por rodearme de soledad, pero costaba tanto confiar.
Me vi sola y hundida, me desplomé en la orilla a pocos pasos de lograr la felicidad.
Perdón por callar muchas veces pero fué muy difícil entender mi silencio.
Perdón por errar cuando se suponía debía acertar pero mi  vida  vino sin manual.
Perdón por parar cuando se suponía que debía seguir pero me vi sin fuerzas para continuar.
Perdón por no luchar, perdón por no volver a intentar, perdón por querer irme y nunca regresar.
Perdón...

06 marzo 2019

Así: me duele respirar, duele la vida, duele la soledad, duele el silencio... duele todo.
Lágrimas que bajan de prisa por mi rostro, huyendo de la felicidad.
Sentimientos de culpa, de desesperación y arrepentimiento me invaden cual río a rebasado su caudal.
Cerrar los ojos y sentir que desaparezco ya no es suficiente.
Me vencí a mi misma sin haber intentado librar la batalla que llevo por dentro.
Pesan los errores, pesan las decisiones, me pesa el dolor.
Aún respiro, aun vago por inercia en el mundo.
Trato de ser felíz y de sonreir... pero duele.
¿Dolerá también la muerte como ahora duele la vida?

24 febrero 2019

Experiencia



Fui esclava de pintarme el pelo y cuidar mi cara, pero, mirándome al espejo debo confesar que me siento muy bien así, natural, porque me recuerdan constantemente que mis lágrimas y mis risas no han sido en vano, que cada cana y cada arruga tienen su historia.
He vivido, he reído y he llorado!
Sin embargo, a pesar de esto, considero que el gran cambio que los años aportaron a mi vida, se ha producido en mi alma.
Los años me enseñaron a priorizar, a conciliar con el amor, a agradecer el regalo de la amistad, confieso que un beso de mis hijos, la sonrisa de mis nietos o una celebración familiar, producen más luces en mi vida, que la más brillante constelación de estrellas!
Los años que han pasado también me han demostrado, que mis amig@s han iluminado mi camino en algún momento y en algún lugar, sin importar el tiempo y la distancia.
Que l@s verdader@s siguen aquí y l@s que se fueron es porque simplemente cumplieron su proceso.
Los años han pasado y la realidad de mi vida ha ido cambiando.
Aunque mi cuerpo físico esté envejeciendo, mi alma sigue joven.
Mi época de inseguridades y de correr tras la vida ya pasó.
He caminado lo suficiente para entender, que no puedo y no quiero vivir de apariencias.
También comprendí, que no debo más que sentir agradecimiento por haber tenido el privilegio que mis amig@s me eligieran como acompañante en su ruta por la vida.
Con todo esto, vivo mi realidad día a día, entendiendo que es tiempo de asumir las experiencias y que no importa lo que pase con mi cuerpo físico, las circunstancias actuales de mi vida están centradas en lo que pase con la juventud de mi alma.

19 enero 2019

Acaso eso era lo que merecía?. El lado oscuro de tu cielo, el lado amargo de tus labios, el lado frío de tu cuerpo.
Tus miradas de desprecio me acribillaron el alma, tus manos vacías de amor me arrastraron cada día a esta agonía, nunca me preguntaste si algo me dolía, al contrario, te reías mis lágrimas.
Me llenaste de desilusión, mataste uno a uno mis sueños.
Me fue difícil un día despertar y ver que no me querías.
Inundaste mi corazón de dolor. Creo que no era necesario robarme  la vida y dejarme vacía.

A quién se le ocurrió inventar la distancia, poner a prueba el amor.
Hacerlo eterno de esa manera, hacerlo maravilloso sin un roce.
A quién se le ocurrió cruzar nuestros destinos y separar nuestros cuerpos, prohibirnos este amor y condenarnos a la soledad.
A quién se le ocurrió darnos una esperanza tan grande cuando aún nos falta valentía, hacerlo a él tan diferente y a mi tan común.
A quién se le ocurrió eternizar este amor en la lejanía, volverlo inspiración para alguien más.
A quién se le ocurrió que yo debería llorarlo y él debería pensarme cada noche sin consuelo, a quien  se le ocurrió sacrificar dos almas de esta manera.

Me dejaste vagar en tu mirada y te hundiste despacio en la mía; conociste la desnudez de mi alma y navegaste por mi intimidad secreta.

Resbalaste por el ondulante vaivén de mi imposible, tocaste con tus alas mi ilusión, abanicaste con sonrisas mis secretos y reposaste sereno, rozaste suavemente mis anhelos, delineaste, lentamente, el borde de mis sueños, me cobijaste tiernamente, calmaste con sigilo mis temores, acariciaste dulcemente mi esperanza, acunaste con sonrisas mis sentidos, te deslizaste en la desnudez de mi alma.

Me dejaste reposar en tu pecho tibio, cálidamente entre tus brazos, disfrutaste paso a paso y en silencio, el viaje que iniciaste... y, te fundiste en la tibia desnudez de mi alma...

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...