El día ha amanecido encendido de ti, mi cuerpo gritando fuego en la lujuria, tus manos dibujando poemas en la sábana de mi espalda, mi boca, lentamente, deslizándose, en la sal de tu cuerpo.
Bebíste de mi cintura, fuiste un pincel recorriendo mi piel, acariciaste mi entregada desnudez, mi excitación derramó olas de mar, mis gemidos susurros de amor, mi gozo sinfonía de placer.
Ayer, fui primavera en tu regazo, hoy, mi cuerpo verano de gozo.