Las caricias de tus dedos recorrieron mi cuerpo, olvidándome la realidad compartí un hermoso sueño.
Quedó mi aroma en tu lecho, impregnado en las sabanas, en noches inmemoriales y apasionadas mañanas. Rodeada entre tus brazos pintaba de colores el cielo, acariciaba tus promesas soñando un amor eterno.