Chopin.

04 marzo 2014


Te fundes suavemente en el templo de mi cuerpo, arrullando de caricias mi espalda, elevándome entre vuelos al universo delirio del placer. 
Y te instalas en mi alma, deslizando tu húmedo aliento entre los poros de mi piel y te acurrucas en silencio en la almohada de mi pecho. 
Cuerpo a cuerpo, destapando nuestros latidos, en medio del fuego perdiéndonos lentamente, en el paisaje del amanecer.

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...