A media luz, nuestros cuerpos con su vaiven de caderas bailan al mismo compás, el fuego está en nuestra piel, nuestros cuerpos están hambrientos, saciamos el deseo. Muerdo mi almohada para evitar que se escuchen mis gemidos llenos de pasión y entrega, parecemos dos fieras salvajes devorándonos en la noche, en las sombras se dibujan nuestras poses y la luna palidece de mirar nuestro desenfreno. En las paredes retumban nuestros quejidos de esta entrega total, el deseo nos transforma, entre sábanas no existe ni verguenza, ni pudor sólo deseo y es él quien manda.
Los de arriba del muro
Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...
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HOY ME FALTÓ TIEMPO EN TUS BRAZOS Y, EN LOS MIOS QUEDÓ ESE DEJO DE POCOS MOMENTOS, ... LLÉVATE LOS RECUERDOS EN UN SILENCIO. SÓLO QUIE...
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Puede que un día tu memoria olvide mi nombre, o puede que los pensamientos más bellos que en tu corazón nacieron, fluyan por mí en tu ...
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https://www.youtube.com/watch?v=wygy721nzRc&index=list=PLcGkkXtask_fpbK9YXSzlJC4f0nGms1mI El piano, ya que fue un instrumento...