Chopin.

22 enero 2014

Nublas mi pensamiento desde la primera palabra dictada con malicia que como atrevida caricia me pierde apoderándose de mi fascinación. Me rindo ante la mirada y la sonrisa con la boca callada por el vivo beso que guía dócilmente mis pasos y sin condiciones me hace ceder. Sigo las señales del amo, de tu furia desinhibida y entre las sombras me elevo por sobre el deseo oscuro, para descender por la noche mojada como lluvia de oro que se convierte en el alma de tu goce. Y es así que soy la única testigo del cautivo placer de tus sentidos.

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...