Chopin.

05 enero 2014

Me dejaste.

Un recuerdo colgado en el perchero y el aire perfumado de tu ausencia en el rincón más solitario de la sala y una sonrisa en la terraza. Me dejaste un suspiro de colores en la cama y el aroma de tu pelo en mi almohada. Me dejaste...El aire, el respiro, el aliento de tu boca, el sudor de tus caricias y el rostro de tu éxtasis en el espacio y en las cortinas de mi casa. Me dejaste en las paredes del pasillo, tu mirada, tus ojos, tus palabras, que aún se escuchan en la sala. Me dejaste también tu cara... Tu cara dibujada con tus besos, que camina entre muebles y lámparas como un silencioso amor tan sistemático que me martiriza y amenaza y no puedo dejar de aceptar que me domina y me daña. Porque tu estás muerto en el mundo incognoscible y yo estoy viva, muriéndome de amor por los recuerdos tuyos que habitan en mi casa.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...