El amor se expresa en acción, así cada día uno debe echar un leño al fuego y desde ese reconocimiento activo y mutuo surgen el equilibrio, el respeto, la admiración, la gratitud; la llama se mantiene activa y regalando calor.
Amar sin duda es no sólo querer lo mejor para el otro, si no también que contribuir a que eso suceda.