Chopin.

02 julio 2018

Perdón

Dos hombres habían compartido injustamente una celda en prisión durante varios años, soportando todo tipo de maltratos y humillaciones. Una vez en libertad, se encontraron años después. Uno de ellos preguntó al otro:

– ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?

– No, gracias a Dios ya lo olvidé todo – contestó – ¿Y tú?

– Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas – respondió el otro

Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo: – Lo siento por ti. – Si eso es así, significa que aún te tienen preso. (Fabula)

El rencor es una cárcel, pero impuesta por nosotros mismos, nos mantenemos presos de un sentimiento profundo y triste.
Perdonar es alivianar cargas, no es un proceso fácil, pero por la paz que brinda, vale la pena afrontarlo, es un paso gigante hacia un bienestar emocional y una mayor madurez, es decir hacia el camino que permite recobrar el control sobre nuestros sentimientos y nuestra vida.
La vida siempre genera aprendizajes y es nuestra opción el quedarse con las lecciones positivas, las de cariño y amor, por peor y doloroso que haya sido aquel evento o momento de pelea, YA PASÓ y es el tiempo de soltarlo, avanzar y tratar de vivir feliz y plenamente cada día
La imposibilidad de perdonar genera sentimientos negativos que terminan haciéndonos daño. Cuando la rabia, la impotencia y el resentimiento se acumulan, nos afectan y además perjudican. Detrás del rencor casi siempre se esconde un juicio y la sensación de que eres mejor que la otra persona -la que cometió el error-. En realidad, todos somos diferentes, ni mejores, ni peores, diferentes.
Aprender a juzgarnos sólo a nosotros y no ir por la vida vistiendo la toga del juez ayuda a eliminar los sentimientos negativos.
Es sano y sabio aprender a perdonar. Quizás no somos responsables de lo que nos ha sucedido, pero sí de cómo nos sentimos al respecto ya que somos nosotros los que añadimos la intensidad y las valoraciones a lo sucedido. Es necesario aprender que todo cambia, y que también nosotros somos capaces aun sin quererlo, de defraudar.

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...