Chopin.

25 julio 2018

El amor y el tiempo no tienen rumbo ni medida y sin embargo caben juntos en el baúl de mis ensueños, donde se enredan envueltos por candentes mitos, mientras me ciñe en el lecho la tibia sombra de tu piel desnuda.

Y entre suaves besos y caricias, sonriente y sonrojada me despojo de los velos de mis dudas y me enredo entre tu suave nube de caricias.

Echando a volar los deseos que habitan entre mis labios y mis muslos y que me hacen ir cada vez más lejos a perderme entre los ritos del placer y del deseo .

Y en la lentitud de la espera, siempre buscando el abrazo y el beso, siempre deseando el roce de las lenguas y el de nuestros desnudos cuerpos...

Somos el placer y el tiempo, somos el principio y el fin   que parecen separarse eternamente y al final siempre terminan juntos.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...