Te pertenezco como le pertenece la arena al mar, como le pertenece la lluvia al invierno y, las hojas secas al otoño.
Te pertenezco como la sangre le pertenece al cuerpo y las nubes al cielo. Así, te pertenezco.
Tal y como le pertenecen las flores a un jardín y la luna a la noche
Como le pertenece la fé a un peregrino, como las espinas le pertenecen al tallo de una rosa.
Te pertenezco entera centímetro a centímetro, cada poro de mi piel te pertenece, cada latido, cada suspiro, cada mirada, cada sonrisa...
Te pertenezco en cuerpo y alma en vida y aún en la muerte te seguiré perteneciendo.
Te pertenezco en deseo, en pensamiento, en palabras y en silencios.
Te pertenezco como el insomnio a la noches y el café a las mañanas, como el viento a las aves y la tierra a los caminantes.
Espero que ahora si puedas entender a lo que me refiero cuando te digo que soy tuya.
Te pertenezco como la sangre le pertenece al cuerpo y las nubes al cielo. Así, te pertenezco.
Tal y como le pertenecen las flores a un jardín y la luna a la noche
Como le pertenece la fé a un peregrino, como las espinas le pertenecen al tallo de una rosa.
Te pertenezco entera centímetro a centímetro, cada poro de mi piel te pertenece, cada latido, cada suspiro, cada mirada, cada sonrisa...
Te pertenezco en cuerpo y alma en vida y aún en la muerte te seguiré perteneciendo.
Te pertenezco en deseo, en pensamiento, en palabras y en silencios.
Te pertenezco como el insomnio a la noches y el café a las mañanas, como el viento a las aves y la tierra a los caminantes.
Espero que ahora si puedas entender a lo que me refiero cuando te digo que soy tuya.