Sopla impaciente y fiero el viento, las hojas se mecen tristemente... invierno que comenzó en lamento, gélida sesación de no tenerte.
Pero me cobija el recuerdo de momentos tuyos y mios, sé, quizás suena algo absurdo, pero en la nada no tendré vacios.
En la espera de atesorarte, voy tejiendo versos que abriguen tu inquietud, espero que al leerlos estés sonriendo, mi lealtad a ti es una virtud.
No estás presente, pero no eres ausencia, te tengo y te siento a mi modo, porque te amo con toda conciencia a pesar de todo.