17 septiembre 2014
Es hora de que el cuerpo se cimbre por el abrazo del deseo entre sueños celestes y almohadones de azules encajes, la invitación al placer salvaje de devorarse hasta los huesos, turgentes prominencias de fuego arden y se yerguen hacia el cielo coronadas sus cumbres por glamorosos y pálidos soles rosados
Caminos de tierras fértiles y húmedas esperan ansiosos y el fresco musgo sediento bebe, y bebe rojo vino añejo, los sentidos se aturden, se embriagan, se pervierten, enloquecen entre perfumes insinuantes aromas de frutos y mieles dulces...
Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...
-
De forma muy sencilla, pero con voz nítida y fuerte, quisiera decir que tenemos la necesidad de vivir en paz con los de...
-
Hay momentos cuando el mundo se detiene y me quedo sola en silencio y mi mente se aquieta sÓlo entran en ella pensamientos, sensaciones que ...
-
Recuerdo todavía mis miedos antes de mi propio casamiento, de las preguntas acerca de la convivencia, del desgaste, de los probl...