Me acuerdo de ti, como gaviota de alas blancas, sueltas, que junto a mi cuerpo se transforman en brazos fuertes.
Gaviota que se alimenta en el mar de mi cuerpo.
Llegaste con el olor de las palabras, de frases no inventadas; lograste liberar de mi pecho sentimientos y deseos.
Confieso a la brisa del mar el deseo de tenerte, una y otra vez, entre mis brazos, dentro de mi...