Chopin.

02 septiembre 2014








En nuestra actitud ante el amor normalmente influyen, como en casi todas nuestras formas de relación, pensamientos y sentimientos que deberíamos observar para poder disfrutar plena e ilimitadamente. 

Muchas de nuestras creencias amorosas vienen dadas por patrones que hemos adquirido y que van arráigandose formando nuestra personalidad, para convertirse en nuestra particular forma de amar. Eso condiciona nuestros éxitos y fracasos en las relaciones sentimentales. 

Una amplia exploración interior puede ayudarnos a descubrir cuál es la “causa” de nuestra idea del amor y nuestro comportamiento en pareja, conduciéndonos a vivir con plenitud una de las experiencias más gratificantes que existen. 

Algunos patrones a tener en cuenta para poder entregarnos por completo a otra persona radican en el enfoque equivocado que muchas veces otorgamos al “concepto” amor. Esa idea está irremediablemente ligada a la lógica mental de una experiencia previa, de una imagen idealizada, de un recuerdo, de un personaje de novela…y es con ella que con la que nos abanderamos para ir en busca de una relación plena y apasionada. 

Esas pautas preconcebidas, condiciones y necesidades propias nos empujan al plagio o repetición de algo pasado y nos inhiben de la experiencia de entregarnos al amor con inocencia, disfrutando de la incertidumbre desestabilizadora y transformadora de esa potente emoción. 

 Es así como nuestro miedo al fracaso, a ser nosotros mismos, a no ver cumplidas nuestras necesidades emocionales se apodera de nuestra mente contaminando el sentimiento y exponiéndolo a una segura decepción. 

El amor es un sentimiento no un acto lógico. Su meta no es proporcionarnos estabilidad, ni compromiso, ni alguien a nuestro lado que complazca todas nuestras expectativas… de manera tal que para descubrirlo, hay que lanzarse a lo desconocido sin miedo, con pasión, sin dudas… 

Es algo único, irrepetible e individual… Nada previo existe al acto de rendirse al amor.

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...