La espesura de la noche esconde entre su negro manto sueños que atraen con indefinidas formas y siluetas difuminadas, es el encanto de lo prohibido, la tentación latente del éxtasis desplegado cuando se posa sobre nuestros cuerpos. El sentir excitado trazado en el desliz piel sobre piel que nos eriza al primer leve contacto y nos lleva a descubrir más allá la magia dulce en caricias vestidas de erotismo que por el aire llegan. Caricias destinadas con suave encanto a cada poro que suspira infranqueable a otras manos y que en nosotros caen como seda buscando apagar y avivar al mismo tiempo la sed que emana de nuestros anhelos y se convierte en el objeto de nuestro deseo.
Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...
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De forma muy sencilla, pero con voz nítida y fuerte, quisiera decir que tenemos la necesidad de vivir en paz con los de...
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Hay momentos cuando el mundo se detiene y me quedo sola en silencio y mi mente se aquieta sÓlo entran en ella pensamientos, sensaciones que ...
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Recuerdo todavía mis miedos antes de mi propio casamiento, de las preguntas acerca de la convivencia, del desgaste, de los probl...