De la cercanía que deja huella se desprende el brillo de tu mirada y del roce más leve surge la humedad en ti como reflejo, allí, en la calidez de tu más bien guardado secreto el ardor no sabe de espera ni se resiste al momento. Porque prohibido es el encuentro para los amantes furtivos pero inevitable es la tentación que ciegamente nos hace perdernos cuando surge la primera caricia que despierta el gemido aún no escuchado o el primer beso apasionado que enciende la vibración de un cuerpo no explorado. Dócil y rebelde es la flor que juega y quiere desplegar libremente sus pétalos, mientras la sonrisa acalla palabras y se manifiesta como permanente respuesta a un sentir que vierte la lluvia en la tormenta que no cesa de ese llamado incipiente que confunde en el interior de tu mente. Tu cuerpo impaciente pide, tu cuerpo busca con ganas inquietas, se atreve a perderse cruzando realidades que calman tu natural instinto, es que no hay azar cuando en el deseo las pieles se queman tan sólo el querer despertar viviendo aquello que secretamente anhelas.
Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...
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De forma muy sencilla, pero con voz nítida y fuerte, quisiera decir que tenemos la necesidad de vivir en paz con los de...
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Hay momentos cuando el mundo se detiene y me quedo sola en silencio y mi mente se aquieta sÓlo entran en ella pensamientos, sensaciones que ...
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Recuerdo todavía mis miedos antes de mi propio casamiento, de las preguntas acerca de la convivencia, del desgaste, de los probl...