Chopin.

18 octubre 2013

Te dominé, con el ritmo de mis caderas, y me volcaba poderosa a satisfacer el más profundo de tus deseos, deseo que expulsabas como fuente inagotable de tu entrega, yo lo bebí y sucumbí a tu arrebato, y me entregué... satisfecha... cautiva de tus brazos... me dominaste... en ti me perdí…

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...