Emprendo la marcha hacia ... allá... en la espalda cargo un saco y a pesar de su peso, mi paso es ligero.
Sin demora preparo una fogata, reúno ramas secas y vuelco el saco, prendo el fuego, uno a uno se calcinan, tus ojos, mis penas, el amor de plástico, mi propia soledad.
Que dulce el crepitar del fuego, las llamas crecen y alimento la fogata.
Son cenizas ahora aquellos restos de penas... vuelan al viento.
Que hermoso resplandor de la hoguera en el cielo.
Leve mis pasos, vuelvo a casa, los músculos relajados, el alma nueva, la paz fluye por mis venas, que hermosa la libertad, ...que bello el olvido...