Embruja, hechiza, enloquece, no tiene perdón. Electrifica la vida, subyuga, hace perder la razón.
Es el mago del amor, cautiva la savia que pone en la flor. Estremece rincones, enloquece de tanta pasión. Tan tarde que vino, ya se está secando el camino, se van muriendo los sentidos. Pero igual aparece y hace alumbrar el sol.