Recuerdo las navidades de mi infancia, lejanas en el tiempo, pero vivas en mi corazón.
En Navidad se respira un aire fresco, mágico y especial… se respira el olor de la paz, la serenidad, la armonía, la humildad, el respeto, despierta en nuestro interior una inocencia mágica y con ello regresamos a nuestra niñez, es la noche de los deseos, donde todos los corazones estan abiertos a la vida, a la alegría y vibran nuestras voces con emoción, silenciando todos los dolores y tristezas.
La Navidad es la época más linda y esperada, es una de las fechas más especiales que existen en el año.
En donde la música navideña alcanza las cuerdas más sensibles de nuestro corazón, haciéndolo vibrar con alegría, y es así que esperamos estos días para celebrar con nuestros seres queridos y disfrutar de un momento especial, significando con ello reunión de familias, de padres e hijos, de hermanos, parientes y amigos.
Es también época de reflexionar sobre nuestros aciertos y desaciertos, sobre nuestros sueños, esperanzas y logros.
La Navidad, tiempo mágico, tiempo que mueve de un modo especial y misterioso los corazones que, en estas fechas, están más propensos a enlazarse y conectarse con las necesidades, angustias y problemas de otros, cercanos o lejanos… Dejémonos invadir, sin ningún temor, por esa corriente impetuosa de amor, alegría, unión y perdón, para generar actitudes nuevas y cambios importantes en nuestras vidas y en los demás.
Desprendámonos de los “pesos muertos” que nos hacen difícil nuestro andar… y así empezar el Año Nuevo con el corazón aligerado por el perdón y enriquecido por el amor.
Avancemos al nuevo año con el espíritu renovado, con el afán de lucha y la esperanza a flor de piel para emprender planes personales, sociales, de justicia y caridad.
Seamos un aporte certero en la restauración del sueño de felicidad para la cual fuimos creados.
Les deseo un día, una semana, un mes, un año y toda una vida de ilusiones y momentos maravillosos.
Mis más cálidos deseos de felicidad para ustedes en esta Navidad