Chopin.

16 diciembre 2014









De forma muy sencilla, pero con voz nítida y fuerte, quisiera decir que tenemos la necesidad de vivir en paz con los demás y en guerra sólo con nuestras miserias internas. 
Aprovechar las buenas intenciones de todos o casi todos en esta fecha, para desear, y poner en práctica efectiva, la debida gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a todos los hombres, no importa su mala o pésima voluntad. 
Que la noche buena nos muestre el camino que conduce al deseado bien, esa serenidad de los espíritus que quisiéramos ver posada sobre el corazón de cada uno. Porque de la paz interior de cada uno, nace la paz del mundo, que es la misma paz del prójimo, sin posible discriminación. 
Paz palabra hermosa, sementera inabarcable que estimula y mueve voluntades, no es perecedera. Hoy es tiempo de hacerla al viento, para que sea oxígeno que abarrote nuestros pulmones, acompase con su música el latido de nuestro corazón y sea por el año entero, fecunda.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...