Dejame una dulce sensación, báñame de rocío y que al deslizarse vaya dibujando la silueta de mi cuerpo, alentando el palpitar que transformado en impaciencia brote descontrolado de mi pecho.
El sudor será llovizna que levemente toca, haciendo que el brillo de mi piel sea la luz que guíe tu boca y por ella transitarán los besos buscando rincones en los amaneceres que cobijan mis sentimientos.
Envueltos en la íntima caricia que a través del roce vivo me haga vibrar delirante, con la seda de tus manos dejando rastros indelebles, grabados para resistir cualquier olvido.
En mi se liberarán los cautivos suspiros que como pájaros emprenden vuelo desde la cornisa suave de mis labios hasta más allá de todo silencio, mientras mis pupilas atesoran el placer como lunas llenas expresando el arrebato del momento.
Todo transformado en un osado sueño hecho posible por un instante de tu presencia.