Quisiera saber si te atreves a soñar que encuentras lo que tu corazón añora, si te arriesgarías a parecer un tonto, por amor, por tus sueños o por la aventura de estar vivo, si has tocado el centro de tu propio dolor; y si las traiciones de la vida te han abierto o, por el contrario, te han encogido y encerrado en ti mismo por el temor a sentir más dolor, si puedes sentarte con el dolor sin moverte para esconderlo o para resolverlo, si puedes estar con el gozo; si puedes danzar salvajemente y dejar que el éxtasis te llene hasta las yemas de todos tus dedos, sin advertir que debes tener cuidado y ser realista, ni recordar las limitaciones de ser humano.
Quisiera saber si puedes sentir la belleza, aun cuando no todos los días son bellos; y si puedes encontrar la fuente de tu vida en su presencia, si puedes vivir con el fracaso y, a pesar de ello, pararte a la orilla de un lago y gritar "SI!" al plateado de la luna llena.
Quisiera saber si puedes ponerte de pie después de una noche de dolor y desesperanza, agotado y golpeado hasta los huesos.
Quisiera saber qué es lo que te sostiene desde adentro, cuando todo lo demás falla. Quisiera saber si puedes estar solo contigo mismo.
Y si te agrada verdaderamente la compañía que buscas en los momentos vacíos.