Chopin.

10 mayo 2015

MADRE




Manos cansada, curtidas, no conocen más bálsamo que la suave miel, la dura lejía, el mosto rosado, la leche, la escarcha, la áspera leña, temprano. 
No han tocado otras gemas más que el blando amasijo, la tierra generosa, la cuajada tibia,  el mote, las rosas, en la artesa la ropa, y del blanco vellón la hebra que nace, que sigue, que crece cual blanca agonía... 
No han tocado otras pieles, más que sus seis pieles prolongaciones morenas, sueños del mañana. 
Ilusiones vanas? O Ilusiones ganadas al porfiado destino que nunca se cansa de torcer la mano? 
Y tocan las pieles de la mansa vaca, de la uva negra y del dorado damasco. 
Tus manos amasan esperanzas vagas, futuros inciertos, caldillos de campo. 
Y tu alma? ... Quien sabe de ella?  Yo la entiendo madre, es una cadena de luchas ganada, de dulzuras escasas. 
¡Que mezquina es la vida y tanto que has dado. 
Tu mereces pieles, inciensos y bálsamos, pero sólo cosechas espinas delgadas que acosan tu alma, cual dagas mortales, hiriendo, golpeando, blandiendo, acechando. 
Deseas la muerte. 
No debes hacerlo, descansa y observa los frutos logrados, no es mucho por cierto, pero, ¡ bien ganados!

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...