Chopin.

14 noviembre 2024

Duele.

 He tenido que cargar un dolor profundo y que aún está conmigo.

Descubrir que una parte de esa tristeza tiene raíces en la relación con mi mamá fue un hallazgo tan liberador como doloroso, porque lleva a reconocer un anhelo que quizás nunca se llenó, una expectativa de amor y conexión que, de niña, necesitaba y que no llegó de la manera que esperaba o necesitaba.

Reconocer esta herida y trabajar en ella; es un gran paso hacia sanar. A veces, cuando la depresión se relaciona con la ausencia de cuidado o interés por parte de una figura tan importante como una madre, la tristeza puede sentirse como algo muy antiguo y muy profundo. Con el tiempo y con ayuda, es posible que esa carga se aliviane, que logre separarme de ese vacío y construir, desde dentro, un espacio de amor propio y consuelo.

En el tratamiento, he  explorado esa parte mía que fue herida, darle voz y reconocer su necesidad de afecto y apoyo. 

A veces, en estos procesos, logramos encontrar una manera de darnos a nosotros mismos lo que en su momento no recibimos, aunque parezca imposible al principio. Lleva tiempo, pero las heridas de la infancia pueden sanar, y me estoy dando esa oportunidad.

Estoy construyendo algo nuevo, aunque los días difíciles sigan apareciendo.

  e la Mujer Queridas mujeres, Hoy conmemorámos el  Día Internacional de la Mujer , una fecha que va más allá de las felicitaciones, las flo...