Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercibida, lleva consigo la carga silenciosa de la depresión.
En las profundidades de su ser, esta alma valiente enfrenta tormentas emocionales. Cada día es una batalla, y cada sonrisa que regala es un acto de coraje. Su mente, a veces nublada por la tristeza o el miedo, -ansiedad y angustia-, merece ser comprendida y apoyada.
No es solo un estado de ánimo pasajero, sino una travesía constante en la que la luz y la oscuridad entrelazan sus danzas. Les pido, que muestren compasión y paciencia.
A menudo, detrás de la fachada de aparente normalidad, se esconde un mar de emociones inexplorado.
Permítanle hablar, escuchar sin juzgar y abrazar sin reservas. Recordemos que la empatía puede ser un faro guía en las noches más oscuras. Juntos/as, como sociedad, podemos tejer una red de apoyo que haga que esta persona se sienta menos sola en su viaje.
En lugar de preguntar "¿por qué estás triste?" o ¿que te pasa? ofrezcamos un "estoy aquí para ti".
Que estás letras sean un recordatorio de que, aunque no podamos comprender completamente su lucha, estamos dispuestos a caminar a su lado.
Con amor, esperanza y fe.
Aventurera.