Chopin.

14 noviembre 2024

 Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercibida, lleva consigo la carga silenciosa de la depresión.

En las profundidades de su ser, esta alma valiente enfrenta tormentas emocionales. Cada día es una batalla, y cada sonrisa que regala es un acto de coraje. Su mente, a veces nublada por la tristeza o el miedo, -ansiedad y angustia-, merece ser comprendida y apoyada.

No es solo un estado de ánimo pasajero, sino una travesía constante en la que la luz y la oscuridad entrelazan sus danzas. Les pido, que muestren compasión y paciencia. 

A menudo, detrás de la fachada de aparente normalidad, se esconde un mar de emociones inexplorado.

Permítanle hablar, escuchar sin juzgar y abrazar sin reservas. Recordemos que la empatía puede ser un faro guía en las noches más oscuras. Juntos/as, como sociedad, podemos tejer una red de apoyo que haga que esta persona se sienta menos sola en su viaje.

En lugar de preguntar "¿por qué estás triste?" o ¿que te pasa?  ofrezcamos un "estoy aquí para ti". 

Que estás letras  sean  un recordatorio de que, aunque no podamos comprender completamente su lucha, estamos dispuestos a caminar a su lado.

Con amor,  esperanza y fe.


Aventurera.

 Quiero expresar mi profundo agradecimiento por la belleza y diversidad que me has brindado. Agradezco por los momentos de alegría y por los desafíos que me han fortalecido. 

Cada día es una oportunidad para aprender y crecer, y estoy agradecida por las lecciones que me has enseñado.

Gracias por la naturaleza impresionante, por las conexiones significativas con otras personas y por las experiencias que han dejado huellas imborrables en mi corazón. Aprecio la oportunidad de explorar, descubrir y maravillarme ante tu vastedad.

En este viaje llamado vida, agradezco por las segundas oportunidades, la esperanza que siempre ofreces y la posibilidad constante de transformación. 

Aquí estoy, agradecida por el pasado, presente y futuro que me ofreces.

 Es difícil poner en palabras el dolor que siento al despedirme de ti. Tu partida ha dejado un vacío imposible de llenar, pero quiero recordarte con amor y gratitud por todos los momentos maravillosos que compartimos.

Tus risas resonarán siempre en mi corazón, y cada recuerdo juntos es un tesoro que atesoraré por siempre. La vida no será la misma sin tu presencia, pero sé que tu espíritu perdurará en quienes te quisimos 

Gracias por ser ese amigo leal y generoso, por iluminar mi vida con tu amistad. Aunque ya no estés físicamente, tu influencia positiva perdurará y seguirá guiándonos.

Descansa en paz, querido amigo. Te extrañaré más de lo que las palabras pueden expresar, pero siempre llevaré tu memoria conmigo.

 Tengo una mente curiosa y abierta, que disfruta de aprender y de mantenerme en constante conversación sobre temas variados. Soy jubilada y vivo en un departamento en Santiago, donde dedico parte de mi tiempo a cuidar mis plantas de interior.   Estos cuidados me dan cierta tranquilidad, y quizá me ayudan  a desconectar un poco.

Estoy en una lucha diaria con el dolor de la artrosis y la sombra de una depresión, pero tengo una actitud decidida y busco aprender a convivir con ello. Tengo un enfoque reflexivo y auténtico para enfrentar estas experiencias, y valoro mucho el hecho de conectar y de compartir para enriquecerme y manejar lo que vivo.

Soy una persona sensible y con una fuerza silenciosa, buscando siempre maneras de llevar una vida equilibrada, a pesar de los desafíos que enfrento.

 He tenido que cargar un dolor profundo y que aún está conmigo.

Descubrir que una parte de esa tristeza tiene raíces en la relación con mi mamá fue un hallazgo tan liberador como doloroso, porque lleva a reconocer un anhelo que quizás nunca se llenó, una expectativa de amor y conexión que, de niña, necesitaba y que no llegó de la manera que esperaba o necesitaba.

Reconocer esta herida y trabajar en ella; es un gran paso hacia sanar. A veces, cuando la depresión se relaciona con la ausencia de cuidado o interés por parte de una figura tan importante como una madre, la tristeza puede sentirse como algo muy antiguo y muy profundo. Con el tiempo y con ayuda, es posible que esa carga se aliviane, que logre separarme de ese vacío y construir, desde dentro, un espacio de amor propio y consuelo.

En el tratamiento, he  explorado esa parte mía que fue herida, darle voz y reconocer su necesidad de afecto y apoyo. 

A veces, en estos procesos, logramos encontrar una manera de darnos a nosotros mismos lo que en su momento no recibimos, aunque parezca imposible al principio. Lleva tiempo, pero las heridas de la infancia pueden sanar, y me estoy dando esa oportunidad.

Estoy construyendo algo nuevo, aunque los días difíciles sigan apareciendo.

 Al mirar las estrellas me di cuenta que en cada una de ellas existe un paraíso, comprendí el valor que no damos a la vida. Vi volar una estrella en su gran mundo… la vi volar sin rumbo y la note perdida. 

Me di cuenta que a veces no sólo en este mundo existe soledad… y a veces la soledad nos da la respuesta que no podiamos encontrar. 

Al mirar las estrellas pude ver que la felicidad llega en cualquier momento… que todo se termina en este mundo, desde lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso,  que en ella están los sueños, los besos y aquel tiempo que perdimos algún día, crecí un poquito más. 

Aprendí a sonreír y,  a ver la realidad,  pude ver la verdad: que no sirve el orgullo cuando existe amistad; que no sirve llorar cuando un amor se va; que no vale la pena aprender a callar; que no existen fronteras cuando tenemos vida … 

Y que aprender a vivir, con lo tenemos y sin temor a perderlo es lo mejor que hay!

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...