Chopin.

19 enero 2019

Acaso eso era lo que merecía?. El lado oscuro de tu cielo, el lado amargo de tus labios, el lado frío de tu cuerpo.
Tus miradas de desprecio me acribillaron el alma, tus manos vacías de amor me arrastraron cada día a esta agonía, nunca me preguntaste si algo me dolía, al contrario, te reías mis lágrimas.
Me llenaste de desilusión, mataste uno a uno mis sueños.
Me fue difícil un día despertar y ver que no me querías.
Inundaste mi corazón de dolor. Creo que no era necesario robarme  la vida y dejarme vacía.

A quién se le ocurrió inventar la distancia, poner a prueba el amor.
Hacerlo eterno de esa manera, hacerlo maravilloso sin un roce.
A quién se le ocurrió cruzar nuestros destinos y separar nuestros cuerpos, prohibirnos este amor y condenarnos a la soledad.
A quién se le ocurrió darnos una esperanza tan grande cuando aún nos falta valentía, hacerlo a él tan diferente y a mi tan común.
A quién se le ocurrió eternizar este amor en la lejanía, volverlo inspiración para alguien más.
A quién se le ocurrió que yo debería llorarlo y él debería pensarme cada noche sin consuelo, a quien  se le ocurrió sacrificar dos almas de esta manera.

Me dejaste vagar en tu mirada y te hundiste despacio en la mía; conociste la desnudez de mi alma y navegaste por mi intimidad secreta.

Resbalaste por el ondulante vaivén de mi imposible, tocaste con tus alas mi ilusión, abanicaste con sonrisas mis secretos y reposaste sereno, rozaste suavemente mis anhelos, delineaste, lentamente, el borde de mis sueños, me cobijaste tiernamente, calmaste con sigilo mis temores, acariciaste dulcemente mi esperanza, acunaste con sonrisas mis sentidos, te deslizaste en la desnudez de mi alma.

Me dejaste reposar en tu pecho tibio, cálidamente entre tus brazos, disfrutaste paso a paso y en silencio, el viaje que iniciaste... y, te fundiste en la tibia desnudez de mi alma...

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...