Aquello que hoy juzgas insuperable, aquello que te atenaza el alma, mañana no será más que un recuerdo borroso, un montón de olvido.
Ya conoces tu destino, el destino de todo es ser devorado por el.
Por eso puedes tener la tranquilidad de jugar al borde del abismo sin que te preocupe el final, sólo debe preocuparte el camino que recorrerás antes de llegar.
Mientras llegas podrás jugar a lo que quieras porque nada realmente es tan importante, porque todo es único e irrepetible, incluso lo más terrible, es una joya en el tiempo.
Tal vez puedes llegar a crear algo que perdure un poco más antes de ser devorado. Tal vez de tu vida, de toda tu inabarcable vida, quede un verso que perdurará un poco más antes de su inevitable desgaste.
Esa es nuestra única y pequeña inmortalidad. Todo lo demás es muerte y olvido.
Vencer el olvido es vencer la muerte, y la muerte y el olvido, si pueden ser vencidos alguna vez, seran vencidos por la fuerza omnipotente del amor.
Vencer el olvido es vencer la muerte, y la muerte y el olvido, si pueden ser vencidos alguna vez, seran vencidos por la fuerza omnipotente del amor.
El olvido, guardián de la puerta, por así decirlo, mantenedor del orden anímico, de la tranquilidad, de la etiqueta, con lo cual resulta visible en seguida que sin capacidad de olvido no puede haber ninguna felicidad, ninguna esperanza, ningún orgullo, ningún presente, ningún perdón....
"no basta ser valiente para aprender el arte del olvido".
Se necesita mucho más que valentía, se precisa heroísmo, genio, inteligencia, fuerza...
Se necesita mucho más que valentía, se precisa heroísmo, genio, inteligencia, fuerza...