
No hace mucho me tuviste en tus brazos hoy en cambio, caen inertes, por ello, guardo caricias y sueños en un viejo baúl renaciendo mi piel sin tus caricias
No preguntes siquiera, porque ya no te necesito, me acostumbraste al glaciar de tu sangre secando el manantial de mis deseos ya no duele, ni lucho por salvarte. ¿o si?
Me cubro de astuta indolencia cuando te pienso porque eres la sombra de lo que fuiste, la palabra muda que queda olvidada arrinconada como piedra del camino…