Chopin.

31 julio 2015


Mi cuerpo vibra, mi alma tiembla cuando  viene a mi el recuerdo de como ardía en éxtasis cuando recorrías con tus labios cada centímetro de mi piel...  las contracciones a mil, acompañadas de espasmos... 
 Divino el momento, el más añorado, de entrega completa, por el ser amado... cuando como amantes ardíamos en placer.
De esa única forma uníamos nuestras almas solitarias en una sola, siempre jurándonos amor, como soñábamos en ser lo que hoy somos...

22 julio 2015







Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma. 
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido. Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado. 
Ponte mis "ropa", mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. 
Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas. 
Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado (si es que algo quedó). 
Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas. 
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. 
Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros. 
Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame "en la vida, el agua", la radio y en el sitio ése donde me ocultaba. 
No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado. 
Cuando yo me duerma,"lleva" flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha. 
La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.
Los Hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa. 
Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellado en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado. 
Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme. 

Carlos Alberto Boaglio

  Hoy quiero hablarles de alguien especial, alguien cuyo corazón lucha contra las sombras diarias. Esta persona, que tal vez pasa desapercib...